Wassily Kandinsky fue uno de los artistas más originales e influyentes del siglo XX y pionero de la pintura abstracta. Su “necesidad interna” de expresar sus percepciones emocionales lo llevó al desarrollo de un estilo de pintura abstracto, basado en las propiedades no representativas del color y la forma. Su vocabulario visual se desarrolló a lo largo de tres fases, pasando de sus primeros lienzos representativos y su simbolismo divino a sus composiciones entusiastas y operísticas y a sus planos de color planos, geométricos y biomórficos tardíos. El arte y las ideas de Kandinsky inspiraron a muchas generaciones de artistas, desde sus alumnos de la Bauhaus hasta los expresionistas abstractos después de la Segunda Guerra Mundial. En este artículo, exploraremos la vida y obra de Wassily Kandinsky, centrándonos en sus pinturas y su estilo, significado e influencia. También brindaremos algunos consejos sobre cómo apreciar y comprender su arte abstracto, y algunos ejemplos de sus obras más famosas y representativas.
Vida temprana e influencias
Wassily Kandinsky nació el 4 de diciembre de 1866 en Moscú, Rusia. Provenía de una familia culta y bien educada, y mostró un interés temprano por el arte, la música y la literatura. Aprendió a tocar el piano y el violonchelo y quedó fascinado por el color y sus efectos sobre los sentidos. Una vez recordó que veía los colores como sonidos y los sonidos como colores, una condición conocida como sinestesia. También tenía una imaginación vívida y una perspectiva espiritual, influenciada por su educación cristiana ortodoxa y su exposición a diversas religiones y filosofías.
Kandinsky estudió derecho y economía en la Universidad de Moscú, donde se graduó con honores en 1892. Luego trabajó como profesor y abogado, pero se sentía insatisfecho con su carrera y su vida. Decidió seguir su pasión por el arte y se mudó a Munich, Alemania, en 1896, a la edad de 30 años. Allí, se matriculó en la Academia de Bellas Artes y estudió bajo la dirección de Franz von Stuck, un pintor simbolista. También visitó varias ciudades europeas, como París, Ámsterdam y Venecia, y conoció las obras de los impresionistas, postimpresionistas y fauvistas, que utilizaban colores brillantes y expresivos para capturar la luz y el estado de ánimo. Quedó particularmente impresionado por las pinturas de Claude Monet, especialmente su serie Pajares, que mostraba el mismo tema en diferentes condiciones de iluminación y momentos del día. Kandinsky se dio cuenta de que el color podía utilizarse para transmitir emociones y sensaciones, en lugar de limitarse a representar la realidad.
Las primeras pinturas de Kandinsky eran en su mayoría paisajes y escenas del arte popular ruso, como cuentos de hadas y leyendas. Usó colores vibrantes y contrastantes, y experimentó con diferentes técnicas y estilos. También incorporó elementos de simbolismo y espiritualidad, ya que creía que el arte era una forma de comunicarse con lo divino y el yo interior. Algunas de sus primeras obras incluyen The Blue Rider (1903), The Last Judgment (1912) y Old Town II (1902).
El período del jinete azul
En 1911, Kandinsky fundó un grupo artístico llamado Der Blaue Reiter (El jinete azul), junto con otros artistas de vanguardia, como Franz Marc, August Macke y Paul Klee. El nombre del grupo se inspiró en la pintura del mismo título de Kandinsky, que mostraba a un jinete cabalgando a través de un paisaje. El jinete azul simboliza la búsqueda del artista de libertad espiritual y artística, y su rechazo de lo convencional y lo mundano. El grupo compartía una visión común de crear un nuevo arte que trascendiera los límites del realismo y expresara el mundo interior del artista. También organizaron exposiciones, publicaron una revista y escribieron un manifiesto en el que expusieron sus principios y objetivos.
Las pinturas de Kandinsky de este período se volvieron más abstractas y expresivas, y presentaban motivos como círculos, líneas y caballos. Usó colores y formas para crear efectos musicales y emocionales, y para evocar sonidos y sensaciones. También escribió un libro, titulado Sobre lo espiritual en el arte, en el que explica su teoría del arte y su clasificación de colores y formas. Sostuvo que el arte debería estar libre de limitaciones representacionales y que el arte abstracto era el modo ideal de expresar la “necesidad interna” del artista y transmitir emociones e ideas humanas universales. También afirmó que los colores y las formas tenían sus propios significados y asociaciones, y que podían combinarse para crear armonías y contrastes, similares a las composiciones musicales. Comparó al pintor con un compositor y al cuadro con una sinfonía. Algunas de sus pinturas de este período incluyen Composición IV (1911), Improvisación 28 (1912) y Líneas negras (1913).
El período de la Bauhaus
En 1914, tras el estallido de la Primera Guerra Mundial, Kandinsky regresó a Moscú, donde participó en las reformas culturales y educativas de la Revolución Rusa. Ayudó a establecer el Museo de la Cultura de la Pintura y enseñó en los Svomas (Estudios de Arte del Estado Libre) de Moscú. Sin embargo, pronto se sintió alienado y aislado de la sociedad soviética, que favorecía un arte más realista y de orientación social. También enfrentó la censura y las críticas de las autoridades, que consideraban su arte abstracto decadente y burgués. En 1921 abandonó Rusia y regresó a Alemania, donde se unió a la Bauhaus, una escuela de arte y diseño fundada por Walter Gropius. La Bauhaus tenía como objetivo unificar el arte, la artesanía y la tecnología, y crear una estética funcional y moderna. Kandinsky impartió la clase de diseño básico y más tarde la clase de teoría avanzada, donde presentó sus ideas sobre psicología de las formas, teoría del color y abstracción geométrica. También realizó experimentos sobre los efectos de los colores y las formas en la percepción y el comportamiento humanos.
Las pinturas de Kandinsky de este período se volvieron más geométricas y biomórficas y reflejaron sus enseñanzas en la Bauhaus. Usó formas simples, como círculos, triángulos y cuadrados, y colores primarios, como el rojo, el amarillo y el azul, para crear composiciones equilibradas y armoniosas. También utilizó el blanco y negro para crear contraste y tensión, y para enfatizar el movimiento dinámico de las formas. Continuó explorando los aspectos musicales y espirituales de su arte y creando series de pinturas con títulos como Composiciones, Improvisaciones e Impresiones. Algunas de sus pinturas de este período incluyen Amarillo-Rojo-Azul (1925), Varios círculos (1926) y Composición VIII (1923).
El período de París
En 1933, los nazis cerraron la Bauhaus y Kandinsky se mudó a París, donde vivió el resto de su vida. Se convirtió en ciudadano francés en 1939 y continuó pintando y escribiendo. Estuvo mayoritariamente aislado de los demás artistas, que estaban involucrados en el surrealismo o la abstracción-creación, dos movimientos con los que no se identificaba plenamente. También enfrentó dificultades para exhibir y vender su obra, ya que el público y la crítica no eran muy receptivos a su arte abstracto. Encontró cierto apoyo y reconocimiento de sus viejos amigos, como Paul Klee y Piet Mondrian, y de algunos artistas más jóvenes, como Jean Arp y Joan Miró.
Las pinturas de Kandinsky de este período se volvieron más orgánicas y biomórficas, y presentaban formas que se parecían a organismos, plantas y animales microscópicos. Usó una paleta más diversa y tenue, y experimentó con diferentes texturas y materiales, como arena, yeso y periódico. También incorporó elementos de collage y montaje, y utilizó líneas curvas y angulares para crear patrones complejos e intrincados. Mantuvo su interés por la música y la espiritualidad, y nombró algunas de sus pinturas con términos musicales, como Templado Élan (1944), Mild Tension (1937) y Dominant Curve (1936).
Cómo apreciar y comprender las pinturas de Kandinsky
Las pinturas de Kandinsky no son fáciles de entender o apreciar, ya que no representan ningún objeto o escena reconocible y no tienen ningún significado claro o fijo. Están destinados a ser experimentados e interpretados por el espectador, quien puede usar su propia imaginación, emociones y asociaciones para crear una respuesta personal y subjetiva. Sin embargo, existen algunos consejos y pautas que pueden ayudar al espectador a acercarse y disfrutar de las pinturas de Kandinsky, como por ejemplo:
- Mire los colores y cómo interactúan entre sí. ¿Crean contraste o armonía? ¿Evocan algún sentimiento o estado de ánimo? ¿Te recuerdan algún sonido o música?
- Mira las formas y cómo se relacionan entre sí. ¿Crean equilibrio o tensión? ¿Sugieren algún movimiento o dirección? ¿Se parecen a algún objeto o símbolo?
- Fíjate en la composición y cómo está organizada. ¿Ves algún punto focal o centro de interés? ¿Ves algún patrón o ritmo? ¿Ves alguna simetría o asimetría? ¿Ves alguna profundidad o perspectiva?
- Mire el título y cómo se relaciona con la pintura. ¿Te da alguna pista o pista? ¿Sugiere algún tema o concepto? ¿Coincide o contrasta con tu impresión de la pintura?
- Fíjate en el contexto y cómo influye en la pintura. ¿Cuándo y dónde se hizo el cuadro? ¿Cuál fue la intención y motivación del artista? ¿Cuál fue el trasfondo histórico y cultural? ¿Cuál fue el movimiento artístico o estilo al que perteneció el cuadro?
- Observa tu propia reacción y cómo afecta tu comprensión de la pintura. ¿Qué te gusta o no te gusta del cuadro? ¿Qué sientes o piensas cuando miras el cuadro? ¿Qué asocias o conectas con la pintura? ¿Qué aprendes o descubres del cuadro?
Ejemplos de pinturas de Kandinsky
A continuación se muestran algunos ejemplos de las pinturas de Kandinsky, junto con algunas breves explicaciones y análisis. Puede utilizar los consejos y pautas anteriores para explorar y apreciar más estas pinturas o cualquier otra pintura de Kandinsky.
Composición IV (1911)
La Composición IV es una de las primeras pinturas de Kandinsky que es completamente abstracta, es decir, que no representa ningún objeto o escena reconocible. También es una de sus pinturas más complejas y caóticas, ya que contiene multitud de colores, formas y formas que parecen chocar y chocar entre sí. Sin embargo, si miras de cerca, todavía puedes encontrar algunos rastros de representación, como un caballo, un jinete, un barco, un castillo y un arco iris. Estos elementos se derivan de pinturas anteriores de Kandinsky y simbolizan su viaje espiritual y artístico. La pintura también está influenciada por la música, como sugiere el título, y puede verse como una sinfonía visual, con diferentes motivos, temas y variaciones. La pintura pretende evocar una variedad de emociones y sensaciones en el espectador, y estimular la imaginación y la intuición.
Amarillo-Rojo-Azul (1925)
Amarillo-Rojo-Azul es una de las pinturas de Kandinsky que refleja su enseñanza en la Bauhaus, donde utilizó formas geométricas y colores primarios para crear composiciones armoniosas y equilibradas. El cuadro está dividido en dos mitades, con un triángulo amarillo a la izquierda y un círculo azul a la derecha. El triángulo amarillo representa calidez, luz y actividad, mientras que el círculo azul representa frío, oscuridad y pasividad. El cuadrado rojo en el centro representa el equilibrio y la tensión entre los dos opuestos. La pintura también contiene otras formas y colores, como líneas blancas y negras, rectángulos verdes y morados y círculos naranjas y rosas, que crean contraste y movimiento. La pintura también está influenciada por la música, como sugiere el título, y puede verse como un acorde visual, con diferentes tonos, notas y armonías. La pintura pretende comunicar la “necesidad interior” del artista y crear un lenguaje artístico universal.
Curva dominante (1936)
Dominant Curve es una de las pinturas de Kandinsky que refleja su vida en París, donde utilizó formas orgánicas y biomórficas y una paleta más diversa y tenue para crear patrones complejos e intrincados. La pintura está dominada por una gran línea curva que recorre el lienzo y que crea una sensación de movimiento y dirección. La pintura también contiene otras formas y colores, como círculos, triángulos, cuadrados y espirales, que se asemejan a organismos, plantas y animales microscópicos. La pintura también incorpora elementos de collage y montaje, como recortes de periódico, que crean textura y contraste. El cuadro también está influenciado por la música, como sugiere el título, y puede verse como una melodía visual, con diferentes ritmos, tempos y variaciones. La pintura pretende expresar el "sonido interior" del artista y crear una respuesta personal y subjetiva en el espectador.